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Historias siguientes generaciones

Escrito por: Tesoros Escondidos

Mis padres son personas de fe y ambos tienen una habilidad increíble para contar historias. Cada vez que nos reunimos en familia aprovecho para pedirles que me cuenten -o recuenten- alguna de las hazañas o aventuras de su juventud. Pero también me encanta escuchar historias en las que yo estuve presente y poder confirmar si lo que está en mi memoria fue real o me lo he imaginado. Muchos de esos momentos tienen que ver con intervenciones de Dios en nuestra familia, milagros que impresionaron mi vida para siempre y se constituyen en sitios en mi mente que visito cuando estoy orando por alguna necesidad. Son recuerdos que me animan a confiar una vez más en la fidelidad de Jesús.

En varias oportunidades Dios instruyó a su pueblo a establecer rituales con los cuales poder compartir con las nuevas generaciones lo que Dios había hecho con ellos cuando los sacó de la esclavitud. (Éxodo 12:26 y 13:14; Deuteronomio 6:20; Josué 4:6).

El Salmo 44: 1-8 confirma que la tradición había cumplido su propósito. “Oh Dios, nuestros oídos han oído y nuestros padres nos han contado las proezas que realizaste en sus días…” Esos relatos que habían escuchado de sus padres llevan al salmista a exclamar con toda certeza “Porque no fue su espada la que conquistó la tierra… fue tu brazo, tu mano derecha, fue la luz de tu rostro, porque Tú los amabas” Y lo que sucede entonces en el corazón del receptor de ese mensaje es lo que quisiéramos que ocurra en el corazón de los niños: “¡Sólo Tú eres mi rey y mi Dios!”

El brazo de Dios se ha movido a favor de cada familia, estoy segura de que podemos pensar en momentos en que la luz del rostro de Dios fue evidente en medio de nuestra oscuridad. ¿Se lo has contado a tus hijos? ¿les has dicho cómo llegaste a conocer a Jesús? ¿Saben de qué cosas te libró el Señor? Podes estar seguro/a que tus hijos van a querer ser parte de las historias de un Dios fiel, que es real y se ocupa de los detalles grandes y pequeños de sus vidas.

“Que se escriba esto para las generaciones futuras, y que el pueblo que será creado alabe al Señor” Salmo 102:18